En septiembre de
1991, Chile y México suscribieron un Acuerdo de Complementación Económica (ACE
Nº 17) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Este
Acuerdo, que constituyó un nuevo modelo de integración entre Chile y los países
latinoamericanos, se fijaba como meta intensificar las relaciones económicas bilaterales
por medio de “una liberalización total de gravámenes y restricciones a las importaciones
originarias de las Partes”.
El Tratado de Libre Comercio entre Chile y México fue firmado en abril de 1998 y
ratificado en agosto de 1999. Este acuerdo incorpora, además de las disciplinas tradicionales en el área del comercio de bienes, reglas en materia de inversiones, comercio de servicios, propiedad intelectual y un sistema moderno de solución de controversias que resguarda los derechos y obligaciones asumidos.
El Tratado tiene
como principales objetivos, estimular la expansión y diversificación del comercio,
promover condiciones para una competencia leal, aumentar las oportunidades de inversión,
proporcionar protección adecuada a los derechos de propiedad intelectual y
crear procedimientos eficaces para la solución de controversias. En materia de
comercio de bienes se consagra el principio de no discriminación a través del
otorgamiento del Trato Nacional.
En materia de
acceso a mercados se consagra la situación vigente resultado del ACE Nº 17 descrito
anteriormente. En consecuencia, se establece que al entrar en vigor el Tratado,
se deberán eliminar todos los aranceles aduaneros para bienes originarios,
salvo lo dispuesto en los Anexos 3-04 (3) (programa de desgravación aplicable
exclusivamente a las manzanas que terminará el año 2006) y 3-04 (4) (lista de
excepciones). Los productos contemplados en las listas de excepciones son
aproximadamente cien clasificaciones arancelarias.
Por medio de este
Tratado se establece una zona de libre comercio entre Chile y México, de conformidad
con las disposiciones de la Organización Mundial del Comercio y con el Tratado
de Montevideo de 1980.
El Tratado de Libre Comercio Chile -
México es el mejor evaluado, tanto por el Gobierno como por el sector privado
de Chile. Lo logrado ha sido un acierto desde todos los puntos de vista:
·
El comercio bilateral ha crecido
alrededor de un 674% entre 1991 y el 2003
·
Las cifras de exportaciones de
Chile a México se han multiplicado en más de veinte
veces en este período y las de México, han aumentado más de 240%.
veces en este período y las de México, han aumentado más de 240%.
·
En materia de inversiones,
Chile ha materializado inversiones en México por más de
US$ 156 millones, siendo el segundo inversionista de ALADI en ese país. México, por
su parte, ha materializado a la fecha inversiones por US$ 142 millones en Chile.
US$ 156 millones, siendo el segundo inversionista de ALADI en ese país. México, por
su parte, ha materializado a la fecha inversiones por US$ 142 millones en Chile.
·
Gracias a la suscripción del
Acuerdo de Complementación Económica en 1992 y del Tratado de Libre Comercio en
1998, casi la totalidad (99,6%) de nuestro comercio está libre de aranceles.
·
Hemos constituido una verdadera zona de libre comercio, aunque nuestros países estén alejados en términos
geográficos.
El tratado tiene 6 anexos:
·
Reservas en relación con medidas
existentes y compromisos de liberalización.
·
Reservas en relación con medidas
futuras.
·
Actividades reservadas al Estado
(sólo lista de México).
·
Excepciones al trato de nación más
favorecida.
·
Restricciones cuantitativas.
·
Compromisos futuros.
Finalmente, este Tratado incorpora un capítulo sobre materias relacionadas con políticas de competencia, monopolios y empresas del Estado, lo que refleja la actualidad del mismo. De esta manera, este nuevo Tratado profundiza el Acuerdo suscrito en 1991 recogiendo la experiencia acumulada por ambos países en otras negociaciones desde la suscripción de ese instrumento, muy especialmente, la conclusión de las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT. Es así como México y Chile coincidieron respecto del tipo de modelo de acuerdo que deseaban negociar, el primero, teniendo como punto de partida su experiencia en el NAFTA y el segundo, su experiencia acumulada en la negociación del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Canadá. Desde el punto de vista de Chile, el Tratado suscrito con México avanza respecto del vigente con Canadá en nuevas áreas que recogen los intereses específicos de la relación bilateral. Esto explica que se incorporen áreas que no fueron negociadas con Canadá, como es el caso de normalización, medidas sanitarias y fitosanitarias, propiedad intelectual y transporte aéreo.
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